Recomendamos consumir una cucharita al día, pero bajo supervisión especializada, se puede consumir algo más. Por experiencia, nos permitimos afirmar que cada persona debe encontrar su cantidad adecuada. Hemos encontrado personas que consideran suficiente media cucharita al día y otras les va bien con seis al día (separadas la mitad en la mañana y la otra terminando de almorzar).
Para que nuestro cuerpo vaya identificando este poderoso alimento, recomendamos iniciar su consumo con un cuarto de cucharadita y cada dos días vamos aumentando un cuarto hasta llegar en una semana a la cucharadita llena. En esa cantidad nos podemos mantener, sea la cucharita llenada al ras o colmada. Se puede consumir todos los días o manejar su consumo de acuerdo a nuestras necesidades.
Al consumir la harina de Coca tenemos que aumentar nuestro consumo de líquidos, frutas y verduras para equilibrar el pH ácido sanguíneo que genera su consumo y aprovechar mejor la calidad de su fibra.
También se puede incorporar a la harina una pizca de llipta o cal en un 0.2% ó 1% aproximadamente del peso total, tanto para regular el pH sanguíneo como para potenciar la asimilación de sus alcaloides. Esto último también sucederá si consumimos la harina en agua bien caliente según estudio reciente del Dr. Teobaldo Llosa.
No olvidemos que esta harina es altamente asimilable y muy concentrada en fibra y alcaloides, por lo tanto es muy fuerte y solo debemos consumirla como un complemento nutricional; no debemos abusar de sus bondades.
La harina de Coca es compatible con todos los alimentos. Por precaución, es preferible evitar mezclarla con estimulantes como la cafeína y teína. La podemos utilizar para agregar a los jugos, yogurt, sopas, guisos, salsas, etc. Y en preparados se utiliza como enriquecedor nutricional de masa al 5%.
Las personas que requieren una mayor dosis de apoyo energético, se recomienda que pongan la cucharita de harina directamente en uno de los laterales internos de la boca para que se consuma lentamente, mejorando su insalivación y logrando también una asimilación continua y directa debajo de la lengua. Para evitar atoros innecesarios, se debe iniciar con un cuarto de cucharita hasta lograr una práctica. Se le puede añadir a la harina, hasta 5 % de llipta, cal o bicarbonato de sodio si la mayor actividad va a ser física.
No hemos encontrado límite en el tiempo, siempre y cuando se consuma con la prudencia arriba señalada. Algunas personas sienten mejor su provecho consumiendo las hojas (chacchar o infusión) y otros la harina, cada quien escoge aunque sus efectos son complementarios.
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